Una marca de skincare que no hace promesas vacías. Cuando RHIFT llegó a Echo, las fundadoras Mari y Anto —una dermatóloga y una bioquímica— tenían un objetivo claro.
Cuando RHIFT llegó a Echo, las fundadoras Mari y Anto —una dermatóloga y una bioquímica— tenían un objetivo claro: Crear una marca de skincare accesible, científica y efectiva. Querían posicionarse en un mercado saturado de claims exagerados, pero hacerlo con una identidad visual sólida, profesional y creíble.
El desafío
La marca ya tenía un diferencial fuerte: Productos diseñados por expertas y de industria Argentina. Pero necesitaban que todo eso se vea reflejado desde el primer segundo. No solo en el logo o los colores, sino en cómo comunican, en el packaging y hasta en sus posteos en redes.
¿Cómo traducimos ciencia, confianza y efectividad en diseño gráfico?
El proceso
Trabajamos sobre tres conceptos clave:
1. Logo y sistema visual:
Partimos de un logotipo tipográfico fuerte, limpio y profesional. La unión entre la F y la T generó una forma única que transformamos en isotipo: una R abstracta que representa la precisión científica de la marca.
2. Paleta de color y estilo visual:
Usamos tonos neutros, cálidos y profesionales (greige, beige, negro, blanco), que refuerzan la calma y claridad que RHIFT quiere transmitir. Las tipografías fueron elegidas para ser funcionales y legibles, tanto en etiquetas como en redes.
3. Packaging y comunicación:
Cada envase comunica con precisión: Para qué sirve el producto, cómo se usa y qué resultados esperar. Nada de frases vacías. Todo está pensado desde el diseño para generar confianza y hacerle la rutina más fácil a los que lo usen.
El resultado
Hoy RHIFT tiene una identidad visual que se alinea 100% con su propuesta de valor. La marca transmite ciencia, minimalismo y profesionalismo en cada punto de contacto. El feed de Instagram, el packaging, la papelería y los recursos visuales se sienten coherentes y consistentes.